Archive for the ‘I Jornadas Aragonesas de Sociología. Noviembre 2011’ Category

Mesa de exclusión social y pobreza

lunes, noviembre 21st, 2011

Coordinador: Angel Sanz Cintora

 

(Profesor de Política Social, Universidad de Zaragoza)

 

asanz@unizar.es

OBJETIVOS:

Que hay más pobres como resultado de la crisis económica parece una evidencia. ¿La actual crisis económica nos hace más pobres a todos? Qué es la pobreza? Qué entienden por pobreza los sociólogos, cómo la analizan y qué prácticas sociales, económicas y políticas se derivan de sus análisis? Exclusión social dice más o menos que pobreza? El concepto de exclusión social explica mejor las contradicciones de la sociedad capitalista de la superabundancia? Se derivan de su análisis unas mejores prácticas de integración y cohesión social?

Los sociólogos aragoneses quieren ofrecer la oportunidad de poner en común nuestros análisis y reflexiones en relación con este fenómeno social persistente en las sociedades ricas que se hace más evidente en períodos de crisis económica. ¿O se ve menos, se muestra menos a la opinión pública, porque lo que desvela la crisis es, precisamente, la debilidad de este sistema para las ilusiones de las clases medias satisfechas que no saben de pobreza ni de exclusión (los pobres no existen, sólo son vagos)?

Nuria Espeleta y Juan David Gómez presentan su análisis “Desde la pobreza la exclusión: un camino por los discursos teóricos y las prácticas sociales”  La ponencia, dicen los autores, “tiene como primer objetivo explicar el giro discursivo de la sociología de la pobreza hacia la sociología de la exclusión. El segundo objetivo es argumentar las dos hipótesis planteadas en nuestro trabajo, es decir, a) los discursos científicos han cambiado de paradigma mientras las prácticas de intervención no lo han hecho de la misma forma; y b) las dificultades para el cambio se hallan en raíces epistemológicas y ontológicas que tienen una profunda influencia entre los agentes que intervienen en este campo. La metodología incluye una revisión general de algunos estudios sociológicos realizados en Aragón entre 1985 y 2010 sobre la pobreza y la exclusión, seleccionando una muestra intencional según el periodo histórico, la finalidad del estudio, la entidad promotora y la envergadura de la investigación”.

Por su parte, Marta Laguna ofrece una mirada bien distinta, aunque complementaria, sobre el mismo fenómeno “Los excluidos: la locomotora del cambio”. La forma de superar las “limitaciones epistemológicas y ontológicas” de los análisis dominantes sobre la pobreza y la exclusión, señala la autora, es cambiar el punto de vista teórico, pero, sobre todo, las prácticas sociales. “La lucha contra la exclusión no puede ser dirigirse desde el propio poder que la genera. Por el contrario, el protagonismo le corresponde a los propios excluidos mediante su auto-organización y empoderamiento, abandonando su condición de sujetos de la intervención por la de sujetos de la transformación. La sociología, por su parte, debe contribuir a este cambio de paradigma situando el foco de análisis en el poder de lo instituyente, desmontado las lógicas de dependencia generadas por lo instituido” La participación social y la defensa de lo público (de los servicios públicos, de las políticas públicas, de los espacios públicos, de los sujertos públicos) pasan a ser los ejes de los análisis y de sus prácticas. La pobreza y la exclusión, más bien, los pobres y los excluidos se pueden convertir, así, en los verdaderos analizadores de la crisis económica y del sistema capitalista en su conjunto. Como siempre ha sucedido en la historia, por otra parte, para los que han sabido mirarla, analizarla y vivirla sin las telarañas de la cultura dominante instituida.

 

Ponentes: Nuria Espeleta Fernández (Socióloga, investigadora de Cáritas) y Juan David Gómez-Quintero (Sociólogo, Profesor de la Universidad de Zaragoza): «De la pobreza a la exclusión: un camino por los discursos teóricos y las prácticas sociales, desde la situación de crisis económica»

Resumen

En el paradigma de la pobreza ha predominado durante décadas una lectura economicista y cuantitativa de gran influencia marxista que ha marcado el sustrato de los discursos y las intervenciones sociales durante buena parte de la década de los ochenta y de los noventa en España.

A finales de esa década y como influencia de las corrientes del desarrollo humano (PNUD, Max-Neef) y de las capacidades humanas (Sen), se pasó a una fase de transición en el que disminuyó la fuerza del concepto pobreza como macrocategoría única y emergió el concepto multifacético de exclusión social. En este contexto integraron el paradigma emergente los estudios sobre el capital social (Castells, Bourdeu,…).

A finales de esa década se consolidó el discurso de la exclusión social como fenómeno multidimensional, interdependiente y factorial. Los estudios asumieron un enfoque más sistémico, comprensivo y constructivista, incluyendo variables culturales, relacionales, simbólicas, políticas,… hasta entonces inusuales. Destacaron los estudios empíricos de corte cualitativo.

Sin embargo, a pesar del cambio en los discursos científicos y, de forma más leve, en las representaciones sociales, no se puede afirmar que haya habido un cambio del mismo calado en los paradigmas de intervención social. El enfoque metodológico no ha variado en la misma proporción que los enfoques teóricos. La dificultad en el cambio de las prácticas está fundamentada en la preeminencia de las metáforas o imaginarios que definen la figura del pobre y de la situación de pobreza sobre los esfuerzos de transformar los modelos de intervención. Buena parte de la política social española (como ocurre a nivel global con los Objetivos del Desarrollo del Milenio) sigue anclada al paradigma anterior. La fuerza de estas metáforas tiene su origen en algunas raíces epistemológicas (la forma en que las ciencias sociales conocen la pobreza está determinada por una relación de saber-poder) y en raíces ontológicas (la forma en que los sujetos u observadores de las sociedades occidentales capitalistas –por lo general intelectuales de clase media- se identifican, autodefinen  y posicionan ante el pobre).

La ponencia tiene como primer objetivo explicar el giro discursivo de la sociología de la pobreza hacia la sociología de la exclusión. El segundo objetivo es argumentar las dos hipótesis planteadas en el párrafo anterior, es decir, a.) los discursos científicos han cambiado de paradigma mientras las prácticas de intervención no lo han hecho de la misma forma; y b.) las dificultades para el cambio se hallan en raíces epistemológicas y ontológicas que tienen una profunda influencia entre los agentes que intervienen en este campo.

La metodología incluye una revisión general de algunos estudios sociológicos realizados en Aragón entre 1985 y 2010 sobre la pobreza y la exclusión, seleccionando una muestra intencional según el periodo histórico, la finalidad del estudio, la entidad promotora y la envergadura de la investigación.

 

 Contraponente: Marta Laguna (Socióloga, investigadora de la Consultora Milenium ): “Los excluidos: la locomotora del cambio”

Resumen

 Los presupuestos desde los que se plantea la ponencia a la que debemos de responder vertebran un diagnóstico certero de una realidad  compleja  que no siempre ha sido abordada por las ciencias sociales desde lógicas adecuadas. Así pues, si bien manifestamos nuestro acuerdo con el enfoque planteado, queremos que este  constituya un punto de partida  para, superando el ámbito de lo descriptivo, llevar a primer término el enfoque propositivo de una Sociología transformadora, siendo la crisis actual que se está viviendo el elemento que sirva de impulso para desencadenar el proceso, ya que en este momento se está poniendo en evidencia que las formas de analizar la pobreza o la exclusión llevadas a cabo hasta el momento son insuficientes y sobre todo que están fuera de lugar al ser planteadas en ámbitos que no responden a la raíz de la misma. Las estrategias que planteamos son:

Recuperar el valor de lo público. La extensión de la mercantilización a todos los ámbitos sociales y económicos que está promoviendo con fuerza el capital abarca al conjunto de las políticas públicas (sanidad, educación, empleo, etc.) . Por ello, en un momento de hegemonía neoliberal, es preciso recuperar el valor de lo público, ajeno a criterios de rentabilidad económica y guiado por el bien común. La lucha contra la exclusión no debe externalizarse y dejarse en manos de la “iniciativa empresarial” sino que debe estar protagonizada por los poderes públicos y la sociedad civil organizada.

Una transformación estructural. La acertada crítica que se hace a la orientación economicista del concepto de pobreza y la apuesta por el enfoque multidimensional de la exclusión social, no debe sin embargo implicar otro reduccionismo: centrar la intervención en el ámbito del individuo. Por el contrario, es imprescindible que también exista una actuación sobre las estructuras económicas y sociales generadoras de la exclusión, apostando por una transformación sistémica que de lugar a un nuevo modelo de desarrollo integrador, a través de políticas efectivas de cohesión social.

Apostar por un modelo de estado social participativo. Además de cuestionar la apuesta privatizadora dominante, se proponen otras opciones basadas en un modelo de pluralismo cooperativo y de relaciones de participación, con un objetivo irrenunciable de profundización en el papel redistributivo del Estado, así como en un concepto de la ciudadanía sustentado en la idea “miembro de la comunidad”, opuesta a la de “súbdito del Estado” o ciudadano poseedor de derechos individuales como «cliente» que mira, escoge, paga y se somete a los dictados de la publicidad. La propuesta es el paradigma de estado social participativo como marco de referencia para los servicios públicos frente a la perspectiva de un Estado de Servicios o de un Estado supermercado, donde se da la primacía de la autoridad política o el mercado. En definitiva, un Estado autogobernado, cuyo centro de interés radique en la sociedad organizada (Brugué y Gomá, 1996).

Los excluidos como sujeto revolucionario. La lucha contra la exclusión no puede ser dirigirse desde el propio poder que la genera. Por el contrario, el protagonismo le corresponde a los propios excluidos mediante su auto-organización y empoderamiento, abandonando su condición de sujetos de la intervención por la de sujetos de la transformación. La sociología, por su parte, debe contribuir a este cambio de paradigma situando el foco de análisis en el poder de lo instituyente, desmontado las lógicas de dependencia generadas por lo instituido (Bergua, 2007).

 

Comunicaciones recibidas:

Carlos Piñeyroa: “Calidez y calidad humana como alternativa a la prisión. Una propuesta para salir del bucle penitenciario desde el compromiso personal y ciudadno”

Aser Hernández Toral: “El ingreso aragonés de inserción ante la crisis actual, ¿una respuesta suficiente?”

Plataforma de Profesionales de los servicios sociales del Ayuntamiento de Zaragoza:  “Los servicios sociales comunitarios y la lucha contra la exclusión y la pobreza. el por qué de un manifiesto”.

Celia Marcén, Carlos Gómez, Fernando Gimeno y Rosana Castillo: “El deporte como generador de capital social y medio de inclusión social”

Fracisco Javier Rodríguez Melón: “Contradicciones de un proceso de inclusión social en Zaragoza _ Aragón. el caso del IAI”

Mesa de educación

viernes, julio 1st, 2011

Coordinador: Antonio Eito Mateo

 

(Profesor de Trabajo Social, Universidad de Zaragoza)

 

antoni@unizar.es

OBJETIVOS:

 

Al hilo con la crisis económica, hilo conductor de las jornadas, nuestra mesa pretende ser un espacio de reflexión tanto de la situación de la educación en Aragón en la actual coyuntura, como de las potencialidades que tiene la educación para ayudar a superar esta situación y reforzar la cohesión social.

Prestando especial atención al sistema educativo, la mesa no se centrará exclusivamente en él, tratando de abordar la importancia de otras situaciones como la formación continua, o la educación en espacios y ámbitos no formales.

En un mundo cada vez más global y complejo, donde el conocimiento y su gestión son algunos de los recursos más importantes, la educación debe ayudarnos a comprender y vivir un mundo en constantes transformaciones.

 

Ponente: Carlos Gómez Bahillo (Profesor de Sociología, Universidad de Zaragoza): “Educación, sociedad y crisis económica”

Resumen

La educación tendrá un papel determinante en la recuperación económica en la manera que el sistema educativo tiene que ser capaz de preparar a la población para su incorporación en un mercado laboral cada vez más competitivo y variable. La educación debe trascender a la institución educativa y debe abrirse al entorno en el que ésta se produce y transcurre la vida de los ciudadanos. Educar en la sociedad global no sólo es transmitir conocimiento sino muy especialmente capacitar para el desarrollo de competencias, habilidades y destrezas profesionales.

Educar es enseñar a vivir en un mundo complejo sometido a constantes transformaciones y cambios que afectan a todas sus estructuras e instituciones. Educar es preparar a los jóvenes, adultos y mayores a comprender no sólo el funcionamiento de la sociedad actual sino también a predecir cómo será la futura.

 

Contraponente: Carmen Elboj Saso (Profesora de Sociología, Universidad de Zaragoza): “De las teorías de la reproducción a las del éxito escolar”

Resumen

En un momento en que se están cuestionando las bases de nuestro sistema económico y a pesar de la importancia que tiene el contexto económico en el cambio hacia un nuevo orden internacional, la educación se convierte en un factor clave en la superación de la crisis actual. En esta línea, sabemos que el conocimiento es la principal materia prima en la mayor parte de los procesos productivos, muy especialmente en los de mayor valor añadido. Una sociedad como la aragonesa, si no quiere perder el tren del progreso, precisa elevar considerablemente los niveles educativos de sus jóvenes y de su población en general. Tal y como se estableció en el documento Estrategia Europa 2020  el porcentaje de abandono escolar debería ser inferior al 10% y al menos el 40% de la generación más joven debería tener estudios superiores completos.

Por este motivo es necesario que la sociología sea capaz de exponer el papel fundamental de la educación para superar la crisis y se presenten modelos de éxito educativo frente al elevado fracaso escolar actual. Sin embargo, en la actualidad, la sociología no está siendo una de las referencias en la discusión sobre cuáles son los elementos clave para salir de la crisis económica.

La sociología y, en particular, la sociología de la educación del siglo XXI debe de ser relevante y útil para la sociedad. Las teorías de la reproducción defienden que la educación no puede generar transformaciones pero los autores que las defendieron en su momento sí creyeron en la posibilidad de transformar sus vidas y mejorar en la escala laboral y social y por supuesto no sufrieron los efectos de momentos críticos de la economía y del mercado laboral porque su posición socioeducativa lo impidieron. Sin embargo, los importantes problemas éticos que plantea este modelo no son su única crítica sino también su falta de rigor científico. Por un lado, no existe un impacto de los resultados de estas teorías en la mejora de las condiciones de vida de la ciudadanía por lo que podemos afirmar que sus análisis y conclusiones no tienen ninguna utilidad social. Por otro, su influencia fue doblemente contraproducente ya que no solamente desprestigió teorías científicas basadas en el análisis de las realidades transformadoras sino que también influyó negativamente en iniciativas que buscaban mejorar las condiciones de vida de las personas a través de la educación.

Los análisis científicos de la sociedad requieren tanto de teorías como del estudio de realidades empíricas que permitan contrastarlas, aportar alternativas y nuevos elementos de utilidad para superar las situaciones de desigualdad, en nuestro caso desde la educación. En este sentido, lo que se pretende es exponer los elementos teóricos que demuestran que la educación se convierte en uno de los elementos claves para salir de la crisis económica así como exponer teorías y prácticas de éxito académico que están marcando las tendencias que posibilitarán una educación igualitaria. Prácticas que son ya una realidad en algunas experiencias educativas.

 

Comunicaciones presentadas:

Angel Amaro Quintas: “Percepción del alumnado sobre la violencia de género y actitudes del profesorado ante la educación afectivo-sexual”

Jesús Cuevas Salvador: “Tendencias de la didáctica educativa: la responsabilidad social educativa a través de la evaluación y de la poactividad”

 Celia Marcen y otros: “La influencia de los padres en la práctica deportiva competitiva”

Sergio Salas Márquez: “La educación liberadora: una invitación a la reflexión”

Alberto Gil Costa: “Universidad: la gestión también importa”

 

 

Mesa de relaciones laborales

viernes, julio 1st, 2011

Coordinadora: Cecilia Serrano

 

(Socióloga, becaria FPI del Gobierno de Aragón en el Departamento de Psicología y Sociología)

 

cserran@unizar.es

 

OBJETIVOS:

 

La MESA DE RELACIONES LABORALES Y TRABAJO, tiene como fin principal iniciar, desde la perspectiva sociológica, un proceso de debate sobre la situación de las relaciones laborales y el trabajo en el contexto de una situación de crisis globalizada. Se trata de enmarcar, por medio de un planteamiento abierto, la visión y experiencia de diferentes profesionales, organizaciones, entidades o colectivos interesados en esta temática para, entre todos, dotarnos de argumentos que faciliten el análisis y el diagnóstico de la crisis en relación marco de relaciones laborales. Todo ello teniendo en cuenta a Aragón y los cambios que se están produciendo en el mundo en relación a este asunto. Con todo ello pretendemos realizar una evaluación de carácter prospectivo acerca del futuro del trabajo, de los modos de organización de la producción y, en general, de las nuevas experiencias en este ámbito.

 

Ponente: Enrique Gastón (Profesor emérito de Sociología. Universidad de Zaragozas): “Puestos de trabajo, ocupaciones, actividades. El problema futuro de la inevitabilidad de esta transición”

Resumen

El punto central de todo el problema (…) es, a nivel social, la automatización y la robotización de la producción y de los servicios. Estos fenómenos, a consecuencia de la revolución de la microelectrónica, son inevitables e irreversibles. (…) Esta revolución genera un creciente desempleo. Si a este fenómeno negativo no se le da alguna solución eficaz, se convertirá en un mal que no podrán soportar ni los países más ricos.

Adam Schaff (2001)

El objeto de esta ponencia es avanzar en una respuesta a la conclusión de Adam Schaff, que en este caso se estaría tratando como hipótesis.

El desempleo de los próximos años difícilmente podrá ser superado con los criterios de las anteriores crisis industriales. Hay problemas sociológicos tan importantes como, por ejemplo: 1. Desligar o ir desligando la remuneración económica del trabajo. 2. Conseguir que se reconozca a la tecnología una responsabilidad ante las personas que contribuyeron a que fuera posible, y por cuya culpa quedaron sin trabajo. 3. Conseguir que se reconozca a la organización una responsabilidad equivalente. 4. Valorar las actividades humanas frente al tradicional concepto de “puestos de trabajo”. 5. Revisar el principio de placer ante los nuevos emergentes laborales del futuro. Plantearse la antítesis de Adam Schaff y tratar de superar las contradicciones.

 

Contraponente: Javier Gimeno (Sociólogo, investigador en la Consultora Milenium): “La centralidad del trabajo precario: nuevos contextos productivos y viejos sujetos políticos”.

Resumen

 «Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario.» Elbert Hubbard (1856-1915)

El planteamiento del fin del trabajo realizado por Schaff (2001), Rifkin (1995) y algunos otros estuvo basado en argumentaciones teóricas no contrastadas empíricamente, ya que ninguna estadística laboral parece sustentar tal planteamiento. El fuerte desempleo que afecta actualmente a Aragón y España no es consecuencia (ojalá lo fuera) de un incremento de la productividad motivado por el progreso tecnológico sino por una profunda crisis económica de la que, como bien se dice en la ponencia, difícilmente se podrá salir con las recetas que el capitalismo español usó en crisis previas. Las teorías del fin del trabajo, por tanto, parecen más que nada un intento por enterrar al trabajador y al movimiento obrero como sujeto político, en un contexto de optimismo neoliberal que propugnaba nada menos que el fin de la historia.

Acierta igualmente la ponencia en poner sobre la mesa diversas problemáticas que preocupan (o debieran preocupar) tanto a la Sociología del trabajo como a la sociología en general y a la sociedad en su conjunto. En una sociedad en la que el derecho al trabajo no es respetado, ligar retribución y derechos exclusivamente al empleo supone excluir a todos aquellos que no pueden acceder a él. Es preciso, por tanto, aventurar nuevas vías para avanzar en el desarrollo social, teniendo en cuenta además que los límites ambientales y de recursos cuestionan cualquier salida.

 

Comunicaciones presentadas:

José Ibáñez Albajano: “Estrategia y economía para Zaragoza 2020″

 Tirso Ventura De Pedro: “Lecciones sobre la flexiseguridad: experiencia danesa”

Jesús Montero-Marín y otros: “Factores de riesgo sociodemográficos y laborales asociados al desarrollo de diferentes tipos de burnout: el caso de la Universidad”

Esteban Lauroba de Górriz: “La negociación colectiva en España”

Fernando González y Galán: “Aragón en un mundo en crisis: cultura, mercado laboral e innovación científica”

David Baringo Ezquerra: “Mecanismos de acción colectiva y empleo cooperativo en el capitalismo tardío: ¿cooperar más para generar más empleo?”

Consejo Económico y Social de Aragón: “Mercado Laboral en Aragón”

 

Mesa de política

viernes, julio 1st, 2011

Coordinador: José Luis Ansó

(Sociólogo, Jefe de Servicio de Desarrollo Comarcal, de la Dirección General de Administración Local. Gobierno de Aragón)

jlanso@aragon.es

OBJETIVOS:

La crisis presente se extiende también al ámbito de la política. El malestar con la situación política actual tiene, probablemente, raíces más antiguas que el parón económico y síntomas menos espectaculares pero igualmente preocupantes. Una de las manifestaciones de la actual crisis política es la aparente falta de protagonismo ciudadano en la debate, decisión y gestión de los problemas e intereses comunes. Parece como si la gente volviera la espalda a la esfera pública y se encerrase en el reino de su privacidad e individualidad. Estos síntomas son visibles en muy diversos ámbitos sociales, también en Aragón.

Puede que uno de los términos que mejor expresen esta crisis en el ámbito de la política, en cuanto a comportamiento ciudadano se refiere, es el de desafección. Suele relacionarse desafección con apatía, pérdida de fe en el sistema democrático, pérdida de compromiso, pérdida incluso de todo interés por lo público.

Pero la desafección ciudadana, ¿lo es de la política o de la gestión de la política? ¿Es alejamiento y desconfianza del sistema o alejamiento y desconfianza de los ciudadanos hacia actitudes y comportamientos de los que nos gobiernan y les representan?

El reciente y heterogéneo movimiento 15-M ha escupido en público a los partidos políticos y a la sociedad «establecida» en general una serie de cosas, entre ellas el descrédito de la política institucional y el rechazo de los clichés políticos mayoritarios. El movimiento de los indignados nos ha enseñado que ese alejamiento, esa «desafección» tiene más de denuncia que de movimiento antisistema y que, de hecho, representa nuevas formas de conciencia ciudadana colectiva, ante la quiebra del sistema político institucional, que se ha construido a espaldas del ciudadano. Estaríamos ante una «desafección activa», muy alejada de la apatía política.

En este grupo de trabajo nos proponemos analizar e interpretar esta aparente (o real) desafección ciudadana, así como las consecuencias que de ella se siguen para la práctica y la imagen de la actividad política en nuestra sociedad.

La búsqueda y análisis de la calidad democrática queda establecida en el centro del debate. Las actitudes ciudadanas del (¿nuevo?) abstencionista activo indicarían la exigencia de la apertura de una vez por todas de las puertas de la fortaleza en que los partidos han encerrado la política, el quehacer político, la democracia, la participacion en la «res publica»; democracia y participación que han sufrido —o que han sido sometidas a— un anquilosamiento, a un preocupante empobrecimiento.

La ponencia inicial, a cargo de Jaime Minguijón, ofrece una interpretación desde la sociología un tanto novedosa del comportamiento político, que se contrapone a las propuestas de la teoría política clásica. Se apoya en un estudio, de carácter cualitativo, centrado en la percepción ciudadana de la participación sociopolítica. El punto de atención fundamental es el llamado «abstencionismo indiferente», que, lejos de ser considerado como un comportamiento político negativo y pasivo (interpretación tradicional) se contempla como algo activo y positivo: el votante beligerante. Estas actitutes abstencionistas se interpretan en la ponencia desde la tensión, siempre presente, entre la política como poder y el ejercicio de la propia libertad, ayudándonos a comprender dimensiones diferentes de este comportamiento político en su complejidad.

Por su parte, y como complemento a este enfoque, Cristina Monge hace en su contraponencia una reflexión sobre cómo la lógica de la cooperación y la colaboración entre actores puede suponer una nueva manera de entender y ejercer la política. Experiencias de nueva gobernanza, con la colaboración y cooperación de agentes públicos y privados, suponen nuevas vías de acción pública, pero también nuevos límites que hay que explicitar. Se impone, además, repensar el rol de cada uno de los actores implicados y sus distintas fuentes de legitimidad. Nuevos actores, corresponsabilidad, coprotagonismo, comunicación bidireccional, Estado relacional, Administración relacional: conceptos que califican la democracia y la participación, que las definen desde las nuevas perspectivas de la gobernanza.

En este contexto, ¿dónde queda el ciudadano? Esta nueva perspectiva de la gobernanza ¿satisface las nuevas exigencias ciudadanas? ¿Existe relación entre desafeccion política ciudadana (definida como desafección hacia la gestión de lo público por los partidos, hacia la apropiación por éstos de la política y el secuestro de la democracia) y el auge de nuevos actores/agentes dentro de la sociedad civil y sus exigencias de corresponsabilidad y cooperación?

Dentro de la relación ciudadanos/agentes sociales, ¿qué procesos de legitimación tienen estos últimos? ¿A quién representan? ¿Son instancias de representación? ¿Articulan nuevos cauces/sistemas de participación democrática?

El grupo se propone como objetivo alcanzar conclusiones sobre esa supuesta falta de participación e interés ciudadanos, relacionándolo además con el contexto de la nueva lógica de cooperación y colaboración de los agentes sociales y su papel en nuestra sociedad democrática.

En el coloquio que seguirá a continuación se resumirán las comunicaciones recibidas y se dará paso al debate abierto sobre las cuestiones planteadas. Esta mesa quiere llegar a ser una aportación coral que permita acercanos a las claves del cambio social que se está experimentando en este terreno y pueda anticiparnos de alguna manera las dimensiones de futuros comportamientos y exigencias sociales.

 

Ponente: Jaime Minguijón (sociólogo, director de la consultora Millenium3): «Abstencionismo, indiferencia e implicación ciudadana»

Resumen

La ponencia trata de ofrecer los elementos teóricos necesarios para un estudio del comportamiento político en clave sociológica. Para ello, comienza con una aproximación al concepto y al objeto de la política, desde una perspectiva de poder, poniendo en evidencia la tensión histórica que ha marcado la relación entre la política así entendida con la idea de libertad.

Posteriormente, se aborda una descripción de los planteamientos teóricos que han tratado de explicar el comportamiento político de la ciudadanía, poniéndolos en relación con los datos de investigaciones que arrojan luz en torno a la imagen que de la política tienen los ciudadanos, así como de sus comportamientos políticos. La conclusión es que la ciencia clásica no acaba de comprender en todas sus dimensiones el comportamiento político, entrando en un sin fin de incongruencias y paradojas.

Para abordar una interpretación sociológica, en cierta medida novedosa, del hecho político que sea coherente con la propia lógica que aplica la ciudadanía respecto a política y al comportamiento político, nos apoyamos en un estudio realizado entre 2009 y 2010 centrado en la “percepción ciudadana de la participación sociopolítica”, de marcado carácter cualitativo. De entre la variedad de temáticas analizadas en ese estudio, nos fijamos especialmente en el análisis de la lógica de actuación de aquellas personas que hacen gala del comportamiento más denostado y temido desde las instituciones políticas (el abstencionista indiferente). Y se contraponen las explicaciones que se ofrecen desde la ciencia social clásica (comportamiento no esperado; una acción en negativo: el no-voto) con las explicaciones que emergen del análisis de la lógica de acción que aplica el abstencionista (una acción en positivo: el votante beligerante).

Finalmente, se ponen en relación las conclusiones extraídas con las reflexiones iniciales de carácter teórico en torno a la política y al hecho político.

 

Contraponente: (Cristina Monge, socióloga, directora de Proyección Externa, del la Fundación Ecología y Desarrollo): «La lógica de la cooperación como base de un nuevo paradigma: nuevas experiencias y límites en la búsqueda de la calidad democrática».

Resumen

La idea de gobernanza surge con fuerza en un momento donde la manera de gobernar entra en crisis. Por un lado, la globalización plantea un nuevo marco y escenarios diferentes para la resolución de los problemas y la puesta en marcha de políticas, que hasta ese momento se planteaban principalmente en el marco estatal y ahora tienen carácter global. Así ocurre con buena parte de los problemas ambientales, con las dinámicas financieras, los flujos comerciales, la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación, etc.

Por otro lado, se constata una progresiva desafección de la ciudadanía respecto a la política, que se refleja en signos como una cada vez menor afiliación a los partidos políticos o un descenso de la participación electoral.

De manera paralela, y quizá precisamente por la crisis de estas vías de participación, surgen nuevos actores que quieren incidir en el espacio público. La sociedad civil se ha transformado con lo que se ha venido en llamar el tercer sector, o el ámbito asociativo, con organizaciones que trabajan en la defensa de cuestiones de interés general, y lo hacen sin ánimo de lucro. Por otro lado, las empresas, que han visto desarrollada su capacidad en el mercado global, no se quedan al margen, y buscan también incidir en ese espacio público.

Al mismo tiempo, y dándole la vuelta al espejo, los Estados y las Organizaciones Internacionales necesitan, en sociedades complejas como las que vivimos, la complicidad, la colaboración y la corresponsabilidad de todos los agentes para poder poner en marcha las políticas deseadas. Se impone, por lo tanto, una nueva manera de gobernar que tenga en cuenta la existencia de distintos actores y la necesidad de corresponsabilidad en la resolución de los problemas.

El concepto de gobernanza, según revelan documentos internacionales de distintas organizaciones, sufre una evolución a lo largo de la década de los 90. Al principio es posible intuir en la manera de utilizar la idea de gobernanza cierto matiz utilitarista que ve en este concepto únicamente la posibilidad de ayudar a hacer más eficaz la labor de gobierno. Conforme avanza el estudio y el desarrollo de esta idea, no obstante, se observa una evolución hacia una noción de gobernanza donde el énfasis se pone en la participación y la corresponsabilidad, de la misma forma que se pasa de pensar en la gobernanza exclusivamente en el ámbito nacional, a hacer extensiva la reflexión a la escena internacional.

La gobernanza, finalmente, puede ser entendida en este contexto descrito, como un proceso, o dicho de otra manera, como una forma cooperativa de gobernar sociedades complejas compuestas de redes interdependientes, donde la comunicación 2.0, es decir la comunicación bidireccional, es la clave para entender el entramado de relaciones entre los distintos actores.

Actores que no sólo configuran un nuevo escenario por la inclusión de algunos de ellos que no eran considerados como tales, sino que también han de ver redefinido su rol y la manera como se relacionan con el resto. Es el caso, por ejemplo, del Estado, que lejos de perder sus funciones, las ratifica pero cambia la manera de ejercer el poder. El Estado propio de la gobernanza ha sido definido como Estado relacional, queriendo expresar así el rol que le toca asumir de liderazgo en la articulación de la coordinación con las distintas redes de actores que influyen e inciden en el espacio público. El Estado relacional, se dirá, ha de pasar de ser el protagonista a ser coprotagonista, abriendo así un nuevo escenario en la deliberación y la toma de decisiones, y generando todo un debate dependiente sobre el modelo de legitimidad de los actores no gubernamentales. Y para ello, será necesario repensar también el modelo de Administración pública necesaria para cumplir estas funciones, superando el paradigma de la Nueva Gestión Pública, para dar lugar a lo que se ha llamado Administración relacional.

La sociedad civil, por su parte, tiene sus límites con el Estado cada vez más difusos, y se ha abierto camino, al menos en España, de manera espectacular en las últimas décadas, una tupida red de entidades en lo que se ha venido en llamar el tercer sector, que conjugan múltiples vías y modos de relación con el Estado. Junto a este tercer sector, ha emergido con fuerza, en el ámbito internacional en su conjunto, un “movimiento de movimientos” que se encuentran en foros internacionales como el Foro Social Mundial que manifiestan con rotundidad que “otro mundo es posible” y que hay que articular la política de otra manera. Sin embargo, los esfuerzos organizativos tanto del tercer sector, como de estos foros, no encuentran su correlato a la hora de influir en el espacio público. Se abre así el debate, en el seno de estos movimientos, de su relación con las instituciones y las repercusiones que para el movimiento social podría tener.

Finalmente, el mundo de la empresa, no permanece ajeno a estas dinámicas. Las empresas globales tienen enormes posibilidades de influir y condicionar posiciones políticas tanto de los Estados como de organismos internacionales, ya que disponen de medios y capacidades suficientes para convertirse en un actor con el que contar a la hora de abordar algunos problemas o implementar determinadas políticas. Esta voluntad de incidencia en el espacio público se ha visto confirmada por la aparición y el rápido auge de las políticas de Responsabilidad Social Empresarial y de Inversión Socialmente Responsable, donde las empresas reconocen el papel que tienen en la conformación de nuestras sociedades y se comprometen, de manera más o menos explícita, con determinados valores que se traducen en sus prácticas empresariales. Aunque la RSE no está exenta de polémica y se encuentra en pleno proceso de expansión, al menos en España, lo cierto es que ha ocupado un espacio importante tanto en las estructuras de dirección de las empresas como en las políticas que desde el gobierno se ponen en marcha respecto al sector empresarial.

Como puede verse, por lo tanto, la aparición de nuevos actores y la redefinición del papel de todos ellos hace que surja con fuerza el debate sobre la relación que se establece entre todos estos actores. De ahí que la idea de gobernanza tenga mucho que ver con lo que se ha venido en llamar la Política 2.0, que es la dinámica de deliberación que se establece en sociedades complejas mediante flujos de comunicación en múltiples direcciones desde diversos actores.

 

Comunicaciones presentadas:

Marianna Martínez Alfaro: “Participación a la carta. Nuevas lógicas sobre la participación ciudadana en Aragón”

Fernando Pérez Valle“Política y cooperación al desarrollo aragonesa”

Pedro Coduras Marcén: “Elaboración de la política pública de inmigración en Aragón”