Sobre asambleas, autoridades y otras hierbas

noviembre 19th, 2015

 

En la tertulia pasada salió a relucir el tema de la necesidad de liderazgo y autoridad como corrector, contrapeso o simplemente espejo de la a veces desesperante e inoperante lógica asamblearia. Como estuvimos discutiendo un tiempo sobre el asunto y nos pareció no solo importante sino muy pertinente en el contexto político actual decidimos dedicarle esta primera sesión. El formato elegido fue el debate a partir de un primer estímulo o breve ponencia contrapesada por otra intervención de signo contrario. No me importó, tal como se me sugirió, proponer alguna idea a favor de la lógica asamblearia y no tan favorable del liderazgo y la autoridad. Creo que se comentó la posibilidad de que Pepe Solana interviniera subrayando la necesidad de la autoridad. Esto fue lo que creí entender pero no estoy seguro de que así fuera. En todo caso ahí van unas cuantas ideas para discutir que más que tratar de la asamblea, tratan de inscribirla en un campo semántico en el que también se encuentran el 15M, la anarquía, la fratria, el desorden, etc. Y para darle un carácter operativo o práctico, tal como es el propósito de este think tank que estamos montando, pero sin caer en el posibilismo ni el realismo, más bien en todo lo contrario, termino con unos pocos consejos que de obligatorios, como no puede ser de otro modo, tienen cero.

Se ha dicho que el término “autoridad” resulta de la unión del término latino augere (“aumentar”) y el sánscrito otas (“la fuerza de dios”), resultando como significado etimológico algo así como el aumento o crecimiento dirigido por una divinidad. Esta autoridad puede descansar en el poder o “fuerza” pero lleva implícito el hecho de que, por provenir de un ente superior (dios, en último término), puede ser legítima e independiente de la coacción. Esta idea es discutible pues puede interpretarse que la fuerza, poder o coacción simplemente han pasado de ser externos, visibles e impuestos a internalizados (hasta formar parte de la personalidad –no otra cosa implica la “socialización”, un concepto básico y no discutido en las ciencias sociales-). Precisamente por esto, la fórmula nietzscheana “Dios ha muerto”, ha sido superada por la psicoanalítica “Dios es inconsciente”. El término líder es más claro y se presta a menos sospechas pues hace explícitamente referencia a un punto fijo exógeno que conduce, marca el camino, da las explicaciones, señala los significados correctos, etc. En este caso, el líder ejerce el poder y es obedecido porque posee un saber del que el resto carece. Pero más allá de los detalles, ambos términos, la autoridad y el liderazgo, apuntan a un sistema u orden de carácter jerárquico, en el sentido de que se organiza a partir de un “centro sagrado” (hieros + arjé). La lógica de este modo de funcionar está presente en todo el orden instituido, incluida la política, ya que es un subconjunto puesto en el centro y al que se le adjudica la función sagrada de velar por el conjunto de lo social. Con coacción explícita o interiorizada. Eso es lo de menos.

Por el motivo que sea los del 15M se levantaron no sólo contra el poder así entendido sino contra la propia democracia formal que tenemos en tanto que refugio último de dicho poder. El nombre con el que se dieron a conocer (“democracia real ya”) y los eslóganes más coreados (“lo llaman democracia y no lo es”, “no los votes pues no nos representan”) daban a entender que el demos y el kratos, la gente y el poder, partes o componentes de la democracia que padecemos, forman una conjunción imposible. Dicho de otro modo, la autoridad y el liderazgo son incompatibles con la presencia soberana y no simplemente testimonial de las gentes. De ahí los esfuerzos del 15M por apartarse de la lógica de la delegación y de la re-presentación (sustituir una presencia, en este caso de las gentes, por otra cosa, un re-presentante que elimina la presencia) y de ahí también el esfuerzo e interés por utilizar un instrumento que facilitara la autopresentación y que es la asamblea.

Su característica principal (me refiero a la asamblea) es que tiene una organización anárquica, pues, a diferencia de la jerarquía, no privilegia ningún centro y si éste aparece no es estable ni inmutable sino provisional y perecedero. Así funciona el liderazgo y la autoridad, tanto en las sociedades primitivas como en la vida cotidiana  e informal de las sociedades complejas (caso, por ejemplo, de los grupos de iguales o amigos). El énfasis del 15M en la anarquía no era en realidad nuevo pues una mirada atenta a las investigaciones sociológicas y politológicas de las últimas décadas nos informa que la gente es cada vez más reacia a la autoridad y que los sujetos que producen las familias son cada vez más postautoritarios. Los movimientos sociales saben esto desde hace tiempo. De modo que el desembarco de ese impulso en la política, centro neurálgico del ejercicio del poder, era inevitable.

Lo que el 15M puso como cuestión para tratar y discutir políticamente no fue el eje izquierda/derecha sino uno nuevo, arriba/abajo, que convierte en objeto central de la polémica la propia esencia de la política. A su modo, Podemos recogió ese guante pero no parece que la forma “partido” sea muy capaz de permitir hacer política de un modo que no sea el jerárquico. Como hay excepciones de largo recorrido y con presencia en las instituciones (caso de ERC o las CUP, ambos asamblearios) no hay que caer precipitadamente en la desconfianza. Más tarde ZEC y otras candidaturas municipalistas recogieron de nuevo el guante y, de momento, parece que la cosa les funciona mejor, aunque no sin dificultades. Por lo que parece, tienen a la asamblea como instrumento principal y trabajan para hacerla operativa y permitirle tomar decisiones. El mayor problema es que un dispositivo así, anárquico, ha de tener enormes dificultades para funcionar dentro de ese paradigma extremo y absoluto de la jerarquía que es el Estado y sus Administraciones. Salvar esta dificultad exige utilizar la imaginación y también la experimentación, pero en absoluto renunciar al asambleísmo, una seña de identidad de esas iniciativas ciudadanas a las que tan bien les fue en las pasadas elecciones municipales.

Muy importante: la lógica y sentido de la asamblea son distintos de los que encarnan la autoridad y el liderazgo. En este segundo caso todo parece depender de ciertas verdades, quizás con algún margen para ser corregidas o discutidas, que actúan como faro o guía del conocimiento o de la toma de decisiones. Tienen pues un carácter externo, tienden al universalismo y parecen habitar en aquel lugar celeste que Platón reservó a las ideas y en el que, junto a la verdad, estaban alojadas la belleza, la bondad, etc., nociones todas ellas tan puras, eternas e inmutables como aquélla. La verdad y sus compañeras tienen mucho sentido en un mundo que podríamos calificar como patriarcal, liderado por dioses igualmente únicos, celestes, inmortales absolutamente omnipotentes y hacedores de mundos previsibles. Se ha dicho que el mundo matriarcal era distinto. Estaba poblado por diosas telúricas e intraterrestres cuyas apariciones y muertes coincidían con las de los ciclos de florecimiento y letargo de la naturaleza, el movimiento de los planetas, etc. Hoy también se habla del mundo en esos o parecidos términos. Y la “verdad” (si es que el término sirve) que cabe en él se caracteriza por tener un carácter relativo, pues está encarnada, corporeizada, enraizada en intervalos espacio-temporales muy concretos, así que pierde su carácter absoluto. La lógica asamblearia, por su parte, trata con una “verdad”, si es que de nuevo el término resulta apropiado, también relativa pero desde otro punto de vista. En este caso, dicha verdad depende de la deliberación entre iguales y surge como consecuencia de ello, aunque lo importante no es la verdad (como tampoco lo es en el mundo matriarcal –donde el cuerpo y su situación dictan las certidumbres-) sino el propio conversar. Esto no debe extrañar pues ya las investigaciones lingüísticas nos han informado hace tiempo que la función más importante del lenguaje no es comunicar ninguna verdad, transmitir ninguna información ni facilitar ningún conocimiento, sino facilitar el estar-juntos. Añaden también que, si aceptáramos la existencia de verdades, informaciones y conocimientos, como son objeto de envíos y reenvíos que ponen en relación a comunicantes, crearían y recrearían así, con esas relaciones, un ser-en-común. La asamblea pone de manifiesto esta característica que tanto desespera a quienes esperan verdades de tipo patriarcal. El mundo que acoge este mecanismo asambleario y su verdad ya no es el patriarcal ni tampoco el matriarcal sino el fratriarcal.

Dejemos de lado el mundo matriarcal y el punto de vista arquetípico del párrafo anterior para simplificar las cosas y quedémonos con la idea de que hay dos estilos de organización, el jerárquico y el anárquico. Pero más importante que distinguirlos es ver la relación que se establece entre ellos. El jerárquico, como no puede ser de otro modo, tiende a excluir a la anarquía o a utilizarla de modo que le resulte útil, llegar a donde no puede o, simplemente, para dar la impresión de tolerancia, algo que, por el motivo que sea (no me detendré en esto), parece formar parte del espíritu de este tiempo. Lo hace, enmarcando y contextualizando, por ejemplo, la investigación participativa (muy común en mi gremio), o la democracia participativa (muy de moda pero tan alejada en nuestras democracias de su sentido original como los tan comunes jeans lo están de los buscadores de oro americanos –en ambos casos nos hemos quedado con un significante con connotaciones estéticas y sin significado) y, cómo no, el uso de asambleas. Pero ocurre lo mismo en las empresas con los círculos de calidad (que dan capacidad a los operarios para sugerir cambios a todos los niveles pero que son contratados, echados y pagados según convenga desde arriba), en los centros educativos con su democracia formal (donde los alumnos tienen una presencia testimonial y, sobre todo, son evaluados por los profesores, así como conducidos por el camino intelectual que tales profesores, sus departamento y el Estado, según los casos, decidan) y con la actitud paternal en las familias (donde los hijos podrán opinar e incluso podrán ser atendidos pero terminarán haciendo lo que los padres decidan). En todos los casos, aunque se deje entrar algo de anarquía, al final es la jerarquía la que manda. Por lo tanto, desde este punto de vista, la jerarquía y la anarquía se relacionan de un modo jerárquico que favorece, evidentemente a la jerarquía. La democracia (o postdemocracia actual) formarían parte de este juego pues se podrá debatir, hablar y opinar de (casi) todo, pero al final se hará lo que se deba hacer. El caso de Syriza en Grecia es, en este sentido, ejemplar. Pero dentro de cada país ha ocurrido siempre lo mismo: ustedes podrán hablar sobre el derecho a decidir, sobre el consumo de drogas, sobre la poliandria y otros muchos asuntos que no perjudican a nadie y, por lo tanto, no producen víctimas, pero no podrán hacer nada en relación a eso, por la sencilla razón de que sólo se puede hacer lo que ya está hecho o decidido de antemano. Corolario implícito: el hacer es nuestro y el pensar y sobre todo el hablar de todos ustedes. O sea, la democracia no es sino el último y terminal disfraz del que se ha dotado el poder o kratros para mantenerse apelando a un demos que nunca ha sido tomado en serio. Pero esto no es nuevo sino muy común.

En efecto, del mismo modo que, según Heidegger, el olvido del ser nace en Grecia desactivando su presencia a través de una filosofía que se transformó en simple metafísica, el olvido de las gentes se produce ya desde la Revolución Francesa, pues su presencia bulliciosa y revolucionaria en las calles fue desactivada por la Democracia. Y del mismo modo que la retirada del ser permanece oculta, así también la retirada de las gentes es ocultada por el paradójico procedimiento de apelar de un modo vacío y fugaz a ellas. Si la palabra “es”, igual de fugaz y vacía, no ha desaparecido todavía se debe a que el hombre perdería esa esencia suya que ya ha olvidado. De hecho, dice Heidegger, “si se le sustrajera la posibilidad de decirla, ninguna catástrofe en el planeta sería comparable a ese acontecimiento”. Por la misma razón, los términos que designan a las gentes, aun dichos sin pensar, continúan funcionando porque, si desaparecieran, al momento la propia Política se derrumbaría. Finalmente, del mismo modo que en filosofía, siempre según Heidegger,  el ser insiste sin consistir en lo que la filosofía dice de él y se resiste a las figuraciones y discursos en las que es mencionado o representado, así el demos insiste sin consistir en lo que la política en su variante democrática dice de él y se resiste a las habladurías de quienes lo investigan, a otros que opinan sobre él y a aquellos a los que se les confiere el poder de interpretarlo y decidir por él. La democracia es la respuesta última y desesperada de un kratos que decide  seguir con el mando pero aparentando hacer un hueco al demos. El 15M y otros movimientos similares simplemente dicen que esa solución es imposible.

Hay otro modo por el que la jerarquía y la anarquía pueden relacionarse: “anárquicamente”. Es decir, introduciéndose la anarquía, por sorpresa y sin invitación, allá donde no había sido llamada y logrando hacer cosas. La organización informal de los subordinados que tiene lugar en centros de trabajo, escuelas, familias, etc. logra encontrar huecos de autoorganización con los que cumplir otros objetivos (escaquearse, copiar, desobedecer) o facilitar incluso el cumplimiento de los indicados. Pero la jerarquía y la anarquía funcionan anárquicamente también cuando dispositivos anárquicos dosifican el uso de mecanismos jerárquicos para ser algo más operativos y eficaces. Por lo que he oído, es lo que ocurre con esas comisiones creadas en ZEC que conducen las asambleas localizando y eliminando controversias inútiles, o intervenciones gratuitamente partidistas. En este caso la anarquía enmarca y utiliza homeopáticamente pequeñas dosis de jerarquía. En esas cantidades el veneno no mata sino que engorda.

Cuando la asamblea falla se suele oír bastante la voz de quienes, aprovechando el momento, apelan a la jerarquía, dejando a los anarquistas en una muy incómoda posición, pues sus argumentos son menos comunes y más difíciles de sostener, ya que hay menos experiencia y visibilidad que los avalen. Esa apelación a la jerarquía se hace diciendo de ella que es necesaria, natural, inevitable, etc., para justificar así su uso y no dejar margen a nada distinto. Este recurso argumental no tiene nada de nuevo. Recordemos que para Hobbes el hombre es un lobo para el hombre y que el Estado logra la paz monopolizando el uso de la violencia y reorientando el miedo hacia él.  Sin embargo, en situaciones de violencia recíproca, sin intermediaciones estatales, también cabe la producción de paz, sólo que aquí por la propia acción de los protagonistas y sin dejar que un elemento exógeno administre el miedo. Estas paces autónomas y producidas desde abajo son muy comunes entre los animales, a nivel microsocial (en la vida cotidiana) e incluso a nivel macro (internacional –donde no hay autoridad que haga obedecer a las otras naciones, como bien sabe Estados Unidos, pues en muchas ocasiones tiene que embarcarse en guerras que no le terminan de salir bien para intentar hacerse obedecer-) pero son extraordinariamente raras a nivel mesosocial, pues la presencia del Estado es a menudo suficiente para producir paz. Lo hace destilando el miedo desde arriba. Ese es el problema.

Por otro lado, también se suele afirmar, por ejemplo, que, sin la autoridad, el sujeto simplemente no podría existir, ya que nace especialmente desválido, necesita mucha más atención que otros animales y, en consecuencia, hay que conducirlo. Sin embargo, lo que realmente ocurre en ese escenario primordial es que el infante tiene una sensación de abandono que la presencia, el cuidado y sobre todo amor del o de los adultos elimina. Pero de esto no se sigue que para calmar la sensación de abandono, cuidar y dar amor, el adulto deba introducir como condición su autoridad y la sumisión. Tal cosa no es necesaria. Sólo sirve para construir sujetos dependientes que acepten la autoridad. El chantaje del cuidado a cambio de obediencia no es pues necesario, natural ni nada por el estilo. Es sólo un chantaje. Afortunadamente nunca ha funcionado del todo bien.

Aunque no es este el lugar para tratarlo con detalle, conviene recordar que hay toneladas de investigaciones que nos informan de la potencia de la anarquía. Más exactamente, nos dicen que mientras los sistemas jerárquicos tienden a la rigidez y el colapso por inmovilización, los sistemas anárquicos son más capaces de cambiar y sobrevivir. Esto se debe a dos propiedades. Por un lado, a que fomentan un estado global metaestable o alejado del equilibrio, propiedad básica para los sistemas vivos y sociales, que no pueden parar de cambiar y para los que el exceso de quietud es letal. Por otro lado, y relacionado con lo anterior, en estos sistemas anárquicos que están tan alejados del equilibrio (en una situación metaestable permanente), a diferencia de lo que sucede en los sistemas jerárquicos, el desorden tiene propiedades positivas pues no destruye el sistema sino que estimula la transformación. Ahora bien, las investigaciones también nos vienen recordando desde hace tiempo que la medida del desorden es exactamente la misma que la medida de la información (en su sentido más común) por lo que si un sistema anárquico tiene desorden ello significa que resulta parcialmente desconocido. Evidentemente ese desconocimiento lo es respecto a un observador y habría que añadir que, si el conocimiento sirve para tomar decisiones, un sistema anárquico resulta no sólo bastante impredecible sino también intratable.

Sin embargo, estas características no son para nosotros suficientes, pues los sistemas sociales no sólo tienen observadores externos o expertos que conocen, acompañados de líderes, jefes, etc. que toman decisiones, sino que también hay participantes internos. El biólogo puede despreciar este dato pero el sociólogo o el antropólogo no. Pues bien, igualmente hay abundantes investigaciones y trabajos que señalan la relación inversamente proporcional de la reflexión y acción externa o superior frente al saber-hacer interno o inferior del participante. En concreto, en esas situaciones metaestables que tan saludables resultan a los sistemas sociales (en las que, recordemos, el desorden tienen propiedades positivas, lo cual implica falta de conocimiento en el experto y limitaciones para actuar en el político), el participante sabe desenvolverse bastante bien utilizando un saber no disociado del hacer y que suele basarse en el hecho de ponerse en el pellejo del otro según unos o en la identificación entre iguales según otros, resultando de ello, como también ocurre en los sistemas metaestables en general, que los elementos del conjunto se terminan poniendo en relación entre sí a través del conjunto y no mediante un elemento (sujeto, idea, símbolo, etc.) trascendido y convertido en punto fijo. Por el contrario, en las situaciones estables, el sistema resulta ordenado y previsible para expertos y políticos, mientras que el participante no tiene control sobre lo que hace y piensa. En definitiva, si apostamos por la anarquía, ese escenario que apetece a la asamblea, es necesario saber hacer y pensar desde abajo, algo de lo que el experto y el político son incapaces.

Para acabar permitidme entonces, puesto que me interesa más la anarquía que la jerarquía, ésta ya tiene a sus defensores (por lo que se basta y se sobra para sobrevivir e incluso afirmarse) y ese punto medio que muchos defienden como ideal necesita de extremos entre los que ubicarse, que dé unos cuantos consejos o sugerencias para hacer crecer esa anarquía que en mi opinión es tan saludable. Como se verá no son órdenes ni reglas sino simplemente ideítas con las que cada cuál puede hacer lo que le plazca. Ahí va una decena de ellas:

  1. Se impredecible (e intratable) para los observadores y decisores externos. Pero como cada sujeto está también constituido por jerarquía y anarquía que permiten que existan las de su entorno o sociedad, hay que ser impredecible también y principalmente para uno mismo. No absolutamente pero si, al menos, un poco, a ser posible todos los días. Cada cuál verá cómo lo hace si le resulta interesante. Hay estrategias. En todo caso, lo intente o no, uno siempre es bastante imprevisible gracias que una parte de sí es inconsciente. Para Freud la relación entre consciencia e inconsciente era jerárquica, muy hostil y a favor de la primera instancia. Para Jung era más amistosa y por eso decía que el inconsciente “aconsejaba”. Préstale entonces atención. Por ejemplo cuando te habla a través de los sueños
  2. Si quieres conocer actúa. Abajo no hay conocimiento separado del hacer, como ocurre arriba, y por eso la comprensión del mundo, como decía Débord, no puede basarse más que en la contestación.
  3. La lógica jerárquica de la enseñanza aquí no funciona. Sí quieres propagar tus ideas inténtalo con el ejemplo y mira con curiosidad lo que resulta. Si quieres aprender mira a tu alrededor y experimenta con lo que te parezca más interesante. La ejemplaridad y la experimentación no tienen nada que ver con escuelas ni púlpitos.
  4. Olvídate del “hay que” o del “es necesario”. La anarquía no es obligatoria. Sale de abajo y se basa más en la lógica del contagio que en la del seguimiento. Gran parte de los fenómenos colectivos y los propios estallidos sociales se producen por fenómenos contagiosos que crecen exponencialmente. De modo que pon atención, no te aísles, abre tus poros, exponte al contacto.
  5. Si eres un experto o un político al que le interesa la anarquía puedes practicar el éxodo y el exilio de tus lugares de saber y poder. No tienes por qué hacerlo absolutamente (sobre todo si la jerarquía te paga y las actividades que para ella realizas te proporcionan algún placer, te atraen, etc.), pero sí algo, lo que consideres conveniente o puedas, pues así facilitarás que crezca la anarquía. De todas formas, no te preocupes. Si no puedes o quieres hacerlo no pasa nada. No eres imprescindible. La anarquía ya saldrá por otro lado.
  6. El experto no clásico sabe que no sabe y es más capaz de convivir con la anarquía. Tiene una ignorancia positiva. Los físicos que reconocen conocer apenas el 25% de la materia y energía del universo tienen esta clase de saber. Los biólogos que con enorme desprecio calificaron el 75% del ADN como basura no alcanzaron tal clase de conocimiento. A quienes encierran, medican, vigilan, castigan o simplemente desprecian la actividad social y psíquica que no cabe en un orden dado les pasa lo mismo. El experto clásico no sabe que no sabe y tiene una ignorancia negativa. Para ellos no hay nada fuera de la jerarquía y lo que no cabe en ella lo desprecian. Quienes trabajan en posiciones dominantes de los sistemas jerárquicos no es difícil que reconozcan la finitud de su saber. Muchos médicos reconocen que la gente se cura sola. Yo mismo no sé mucho del aprendizaje de los alumnos.
  7. Puesto que la anarquía es, entre otras cosas, sinónimo de heterogeneidad y multiplicidad, no estaría mal que obres de modo que incrementes la variedad de lo que te rodea, tanto en el plano cognitivo como en el estético y otros. La intensidad y magnitud de la pluralidad es asunto tuyo. Y si no puedes o quieres recuerda de nuevo que no eres imprescindible y que la heterogeneidad vendrá a ti.
  8. El músculo anarquista conviene trabajarlo un poco. La mejor gimnasia es la desobediencia.
  9. Aunque la anarquía apunta bastante más lejos, siendo “realistas”, el dispositivo asamblea algo de utilidad tiene. Pero no para encajarlo en el mundo patriarcal sino como puerta de entrada en el fratriarcal. Tenlo en cuenta. Pero no te preocupes, si lo olvidas, la asamblea te lo recordará haciéndote desesperar.
  10. El realismo y el posibilismo son tácticas jerárquicas. La anarquía parece preferir que se cultive el arte de lo improbable. No sólo porque contribuye a generar heterogenidad, sino también porque incrementa el desorden y la falta de previsibilidad, fundamentales para la supervivencia y crecimiento de lo social.

Conferencia de Erik O. Wright en Zaragoza

marzo 16th, 2015

ERIK O. WRIGHT, realizará una conferencia en la Universidad de Zaragoza. ¡Nos acerca a las Utopías Reales para desafiar al capitalismo!

Erik O. Wright es un de los sociólogos más destacados del siglo XXI. Es profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Wisconsin-Madison y fue nombrado Presidente de la Asociación Americana de Sociología en el año 2012. Actualmente es reconocido mundialmente por el Real Utopias Project, impulsado desde el Havens Center for the Study of Social Structure and Social Change, y donde colabora con profesorado de todo el mundo para el análisis de las alternativas sociales desde la sociología.

El martes día 24 de marzo a las 16,30h el profesor Wright nos presentará una conferencia con el título: Challenging (and maybe transcending) Capitalisme through Real Utopias / Desafiando ( y puede ser superando) el Capitalismo a través de las Utopías Reales. El acto tendrá lugar en el Aula Magna de Edificio Paraninfo de la Universidad de Zaragoza (Plaza de Basilio Paraíso). En esta conferencia se centrará en la exposición de la superación del capitalismo a través del análisis de las utopías reales.

¡No os podéis perder la oportunidad de escuchar y conversar con el profesor Wright!

Organizan la Asociación Aragonesa de Sociología, el Departamento de Psicología y Sociología y el Colegio de Ciencias Políticas y Sociología de Aragón

El Seminario Aragonés de Sociolingüística celebró el pasado viernes 19 de diciembre su primera sesión en la Institución Fernando el Católico

diciembre 22nd, 2014

* En el transcurso de la sesión se presentó el libro «Actas de las II Jornadas Aragonesas de Sociología. Grupo de Trabajo Lenguas e Identidades»

El viernes 19 de diciembre, se celebró en la sede de la Institución Fernando el Católico (Diputación Provincial de Zaragoza) la primera sesión del Seminario Aragonés de Sociolingüística, surgido en el seno de la Asociación Aragonesa de Sociología.

Los sociólogos Natxo Sorolla y Chabier Gimeno presentaron el Seminario como un foro científico para generar conocimiento sobre la situación sociolingüística aragonesa y analizar, desde diversas sensibilidades, el impacto de las políticas públicas en las comunidades bilingües de la Comunidad: aragonés y catalán.

De aquí al verano, el Seminario organizará diversas sesiones de trabajo, para el análisis del Censo de Población y Viviendas de 2011, en el que, por primera vez en treinta años, se incluyeron cuestiones relativas a las lenguas habladas en Aragón. Los primeros resultados se harán públicos en la primavera de 2015.


Presentación del libro y ponencias

Esta primera sesión contó también con la presentación del libro Actas de las II Jornadas Aragonesas de Sociología. Grupo de Trabajo «Lenguas e Identidades». En esta obra se recogen las aportaciones de expertos sobre la situación sociolingüística de Aragón y sobre la problemática de sus lenguas minoritarias: aragonés y catalán, que se expusieron en las segundas Jornadas Aragonesas de Sociología, realizadas en Zaragoza el pasado 16 de mayo.
Las actas han sido editadas por Gara d’Edizions, en colaboración con la Institución Fernando el Católico y Prensas Universitarias de Zaragoza.

Asimismo, también se presentaron dos ponencias, a cargo de los sociólogos aragoneses Josep Espluga Trenc (profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona): “Representaciones  mediáticas y metáforas sobre la ley de lenguas (3/2013) utilizadas en la prensa aragonesa” y Cecilio Lapestra Rey (profesor de la Universitat de Lleida): “Lengua e identidad en el dominio lingüístico del aragonés y el catalán”.

Josep Espluga analizó los discursos mediáticos en Aragón en el momento de la aprobación de la actual ley de lenguas. Resaltando la alarmante ausencia de espacios para las voces de los hablantes, sobre los que se construyeron en esas fechas discursos e imágenes simbólicas que los situaban como ciudadanos «de segunda categoría». Mientras los hablantes de catalán aparecían como aragoneses alejados de la norma, construida sobre un ideal de Aragón antagónico a Cataluña; los hablantes de aragonés se presentaban como habitantes folclorizados y portadores de una cultura en desuso.

Por su parte, Cecilio Lapresta abundó en el impacto de las políticas públicas que se construyen en Aragón a espaldas de la realidad social plurilingüe. Estas políticas ejercen sobre los aragoneses bilingües una violencia simbólica que, al institucionalizarse a lo largo de décadas, ha acabado ocultando la ausencia de igualdad en los derechos civiles efectivos para una parte significativa de la población de la Comunidad. La negación legislativa del derecho a ser educados y a relacionarse con las instituciones en la lengua materna, debería ser analizada, según este sociólogo, en clave de ausencia de igualdad legal entre los aragoneses castellanohablantes y el resto de sus conciudadanos. Una clara dejación por parte de los responsables públicos, en tanto garantes de los Derechos Humanos universales.


Más información sobre esta y otras actividades en marcha dentro del Seminario: prensasemarasocio@gmail.com

SEMINARIO ARAGONÉS DE SOCIOLINGÜÍSTICA

noviembre 18th, 2014

Tendrá lugar el viernes 19 de diciembre a las 19 horas.

Lugar: Institución Fernando el Católico (Diputación Provincial de Zaragoza)
Calle Cinco de Marzo, 8.

Más información en:

http://aragonsociologia.org/10.html

Presentem el Seminari Aragonès de Sociolingüística i les actes de llengua i Identitat a les les II Jornades

Sociología y Creatividad.

noviembre 3rd, 2014

La Asociación Aragonesa de Sociología está organizando unas jornadas sobre «Sociología y Creatividad».  Serán el viernes 23 y el sábado 24 de Enero de 2015, en el Centro Joaquín Roncal (C/ San Braulio, 5-7, Zaragoza).

Las sesiones son abiertas hasta completar el aforo.

Con estas Jornadas sobre “Sociología y Creatividad” la Asociación Aragonesa de Sociología pretende proyectar una mirada compleja sobre un asunto tan novedoso en nuestra disciplina como poliédrico. Para ello contaremos con la presencia de distintos expertos del Estado Español que vienen.

Incluimos más información sobre el evento y los ponentes invitados:  Triptico_AAS_Jornadas_creatividad_2015 Cartel_AAS_Jornadas_creatividad_2015

Sociología aragonesa. Reconocimientos

octubre 27th, 2014

La Directora General de Calidad y Atención al Usuario, Lourdes Rubio, recogió el  pasado 22 de octubre el galardón otorgado por los Premios Solidarios ONCE Aragón 2014 a la Dirección General.

Los Premios Solidarios ONCE están destinados a todas aquellas personas, entidades, instituciones, medios de comunicación, etc., que realizan una labor solidaria, procurando la inclusión social de todos los ciudadanos.

En el apartado de Administración Pública, el premio es para la Dirección General de Calidad y Atención al Usuario  del Gobierno de Aragón, por mejorar la accesibilidad de los usuarios a los servicios sociales a través del portal “SocialInforma”.

La puesta en marcha de SocialInforma completa la labor iniciada con  SaludInforma,  teniendo en cuenta la visión integral del usuario y la misión de la Dirección General de Calidad y Atención al Usuario de velar por el cumplimiento de los derechos, deberes y compromisos con los usuarios, promover la participación de los ciudadanos en el sistema, e impulsar la mejora de la calidad en la provisión de los servicios de salud y los servicios sociales.

Para el desarrollo de estas tareas la Dirección General ha potenciado la dimensión social dando relevancia a la presencia en el equipo de trabajo de profesionales del ámbito de las ciencias sociales, en particular del trabajo social y la sociología. Es de destacar en este sentido la importancia de los estudios y análisis de la realidad social elaborados con estrategias metodológicas rigurosas que facilitan, en un contexto de opción por la calidad y la excelencia, la puesta en marcha y la mejora de proyectos y actuaciones que den respuesta a las necesidades y demandas actuales de los ciudadanos.

 

Para más información: ver enlace 

Conjeturas y cisnes negros

septiembre 3rd, 2014

José Angel Bergua

En el sondeo posterior a las últimas elecciones europeas que realizó el CIS, 1 de cada 20 entrevistados que finalmente votaron PP y PSOE confesaron haberlo dudado. En el caso de IU lo hizo el doble. Además, un 26% de los votantes del PP y un 23% del PSOE ocultaron su elección al entrevistador. No se sabe si por miedo o porque se arrepintieron. Si suponemos lo segundo y añadimos las dudas, resulta que los dos grandes partidos, pueden estar atrapados en una nefasta “espiral de silencio” que, en el peor de los casos, podría hacerles perder hasta casi 1/3 de los votos que obtuvieron en las europeas y a IU cerca de 1/6. En cambio, por un efecto bandwagon (pasarse al carro vencedor), el voto a Podemos podría aumentar hasta un 8%. Tal es el porcentaje de entrevistados que no le votó pero confesó haberlo hecho.

Por otro lado, los datos del barómetro de Julio, también del CIS, cruzados con los de las elecciones generales anteriores, desvelan que 8 de cada 10 votos de Podemos le llegaron desde la izquierda y 2 desde la derecha (incluyo a UPyD). También mostraban que IU perdió 1 de cada 4 papeletas a favor de Podemos, aunque obtuvo la misma cantidad del PSOE. En el caso del partido que ahora lidera Pedro Sánchez, de cada 3 votos que perdió, 1 se le fue a la izquierda nacional, medio a la derecha nacional, otro medio a la derecha nacionalista y un cuarto a la izquierda nacionalista. O sea, que mientras por la izquierda perdía casi lo mismo que por la derecha, su perfil nacional dilapidaba el doble que el nacionalista. Esto implica que si en el primer frente tendrá que hacer malabarismos para no desangrarse, en el segundo le bastaría con subrayar el perfil nacional. El problema es que, de ese modo, perderá presencia en Cataluña, su imprescindible granero de votos. Ahí también podrá pescar Podemos pues no tiene problemas con el derecho a decidir.

La comparación del Barómetro de Julio y las Generales también muestra que el nuevo partido recibió votos del 10% que en el 2012 no fue a las urnas por no alcanzar la edad. Este porcentaje es idéntico al obtenido por el PP. Esto hace prever que en la disputa por los nuevos electores va a estar un gran partido, el PP, pero no quien en esto fue su inseparable pareja, el PSOE.

Finalmente, el último barómetro ofrece datos acerca de la parte del continuum izquierda/derecha en el que se ubican los electores. Los datos son contundentes. En general, hasta el 61,1% de los votantes están en la izquierda y en particular el 51,2% prefiere la parte menos extrema. Esto no es novedoso, pues históricamente el centro izquierda siempre ha estado muy nutrido, aunque teniendo sus picos (el 45% en 1989) y valles (el 30% en 1995). Lo relevante es que antes de la crisis, en el 2006, sólo agrupaba al 35,7% de los votantes. Este 30% de aumento del caladero convierte en inevitable el triunfo de los partidos de izquierda. Y por lo visto es improbable que el primero no sea Podemos. De hecho, en intención directa de voto sólo le supera el PP por apenas 0,9 puntos.

Sin embargo, como no ganará o, de hacerlo, no alcanzará la mayoría absoluta, será necesario que lidere un acuerdo. Esto es más fácil que ocurra tras las generales del 2016 que después de las autonómicas y municipales del 2015. La razón es que en este segundo caso Podemos no podrá contar con organización ni cuadros como para competir en condiciones. Además, los pactos posteriores variarán mucho según ciudades y autonomías. También lo dificultará esa reforma de la Ley Electoral que se propone perpetrar el PP para detener el tsunami. En las generales del 2016, en cambio, todo será más simple, pues se vota a un solo programa y casi exclusivamente a un cabeza de lista, en este caso, seguramente, Iglesias, una de las bazas de Podemos.

Es posible que el PSOE no acepte de muy buena gana el papel secundario al que está destinado e incluso que algunos líderes, la presión mediática y el propio PP boicoteen esa opción. Si tal cosa ocurre deberá resignarse a continuar descendiendo. Por lo tanto, todo va a depender de Podemos. En concreto, habrá de dar muestras de que, tal como promete, va a por un orden realmente nuevo. Si no es así, se habrá convertido en otro partido de los que sucumben a la lógica de la política según la conocemos. Muchas ideologías y revoluciones han tratado de torcerla pero nunca lo han logrado. ¿Lo hará Podemos? Por supuesto. Los cisnes también pueden ser negros.

La erótica del poder

septiembre 3rd, 2014

José Angel Bergua

Tras la pérdida de credibilidad de las ideologías clásicas y la desafección de las gentes respecto a la democracia, esa fuerza orgásmica, que según Beatriz Preciado es el combustible del mundo actual, ha llegado para ocupar el primer plano de la alta política. Sin embargo, no con la voluptosidad y desmesura que exige sino, tal como suele ocurrir cuando la política trata con lo importante, de un modo blando y tímido. Incluso escondiéndose en los pliegues de discursos entre simples y desfasados que ya no explican nada ni convencen a nadie. No debe extrañar que, con tanta desfiguración, la aparición de la fuerza orgásmica sólo pueda adoptar la forma de un hilarante relato rosa. Síganme, por favor.

En 1998 Giddens escribió La tercera vía, un libro que intentaba salvar a la izquierda moderada ante la ofensiva neoliberal. Debían liderar aquel nuevo proyecto los demócratas de Estados Unidos y los laboristas del Reino Unido. ¿Alguien le hizo caso? En absoluto. La Historia siguió un curso bien distinto. Si a un lado del Atlántico lo más importante que ocurrió fue el affaire de Clinton con una de sus becarias, en la otra orilla el mosquetero de las Azores retozaba con la entonces todavía mujer del magnate Rupert Murdoch, la hermosa Wendi Deng. De este modo, los hechos venían a demostrar que la Política de las izquierdas light no tenía ya nada que ver con ninguna lucha de clases, menos aún con la hegemonía de Gramsci y en absoluto con la globalización, los nuevos movimientos sociales, las cuestiones natural, femenina, nacional, etc. La verdad de la alta política dejó de ser ideológica y se reveló sexual. En efecto, Clinton ha pasado a la historia por el affaire con su becaria, del mismo modo que el carismático Kennedy ya ha engrosado el panteón de los políticos ilustres, no por haber hecho algo especial (como no sea el intento de invasión de Cuba y la inacción respecto a Vietnam), sino por seducir a la mujer más deseada del planeta, Marlyn Monroe. En esta lista de play boys quizás deba entrar ya Obama, pues tras su flirteo con la atractiva Primera Ministra danesa ante la enfurecida mirada de Michelle, ha demostrado estar a la altura de sus predecesores.

Como es sabido, al socialismo francés nunca le gustó el tibio invento de Giddens y se propuso renovar de un modo más reconocible y contundente el programa de la socialdemocracia europea. Sin embargo, no apareció libro alguno que, como el de Giddens, glosara el propósito ni tampoco se anunció nada que ilusionara a los votantes. Esto quizás se debió a que eran más listos y estaban interesados en competir con la entente atlántica en los dominios de Afrodita, aunque de un modo también blando, por supuesto. Para ello, se postuló como candidato del socialismo francés a Domenique Strauss-Khan, cuyo mayor mérito no fue haber presidido el FMI ni tampoco haber escrito algo interesante, sino su rosario de amantes, si bien salpicado de denuncias de acoso sexual e incluso de la violación de una camarera, lo cual, finalmente, arruinó su carrera. Vino a sustituirlo François Hollande, por el que nadie hubiera apostado un euro, pero que ya parece haber superado con creces a sus aliados atlánticos. Primero dejó a su esposa y compañera de partido Segolene Royale por la periodista Valérie Trierweiler y después la cambió por la actriz Julie Gayet, que ahora parece haber decidido huir de tan iluminado escenario. Quizás de este modo el Presidente de Francia ha intentado superar el listón que ya Sarkozy había puesto muy alto conquistando a la deseadísima y popular Carla Bruni.

De todas formas, muy por encima de todos ellos está la pornopolítica de Silvio Berluscconi. Sin ocultarlo mucho se dedicó a organizar orgías en un apartado rincón de Cerdeña, convirtió a la consejera regional Nicole Minetti en captadora de muchachas y puso en su gabinete a una ex modelo que no llegó a Miss Italia por poco. Sus éxitos electorales dan a entender que Il Cavaliere descubrió una naturaleza de la política que está muy lejos de lo que pensó Maquiavelo cuatro siglos antes, también de las ilusiones liberales, igualmente de las sospechas marxistas y, por supuesto, de los delirios fascistas, nazis y populistas.

Sin embargo, ni siquiera Berluscconi está a la altura de la fuerza orgásmica a la que la política parece entregarse. En esta época, hay n sexos por los que circulan, con la fluidez que cada cual decida, miríadas de sexualidades que intensifican y diversifican el deseo utilizando artilugios y drogas que desbordan cualquier límite. Pero, tal y como ocurre respecto a tantos ámbitos, la alta política no está a la altura del mundo que aún le da cobijo. En este caso porque desperdicia las pocas gotas de fuerza orgásmica que le llegan. Es cierto que mantiene cierta capacidad de entretenimiento cuando la prensa juega con los enamoramientos y líos sexuales de los líderes. Sin embargo, esto ya no es en absoluto suficiente para continuar aguantándolos. Queremos más. Queremos todo.

Lo circular y lo cuadrado.

mayo 29th, 2014

Cecilia Serrano Martínez

Durante los días 16 y 17 de mayo se realizaron en Zaragoza las II Jornadas Aragonesas de Sociología, con el objetivo de llevar a cabo diversos foros de debate y de reflexión. Esta segunda edición surgió por el interés de tratar de ver el panorama de la sociedad después del diluvio que produjo la crisis iniciada en el 2008. En las Jornadas anteriores aparecieron visiones agridulces de lo que estaba por llegar. Nos quedamos pensado que estábamos ante un cambio de época, el cual traería otros modos de pensar, ser y hacer que romperían los esquemas tradicionales de funcionamiento. Al parecer, ese cambio de época no se ha terminado de ver por parte del binomio Estado-Mercado, pero sí en las gentes. Ha habido dos tipos de cambios principales que merecen atención. Uno de ellos ha sido el de la (necesaria) adaptación a los efectos perniciosos de la crisis (desempleo, desalojos, etc.). El otro cambio ha sido el empoderamiento ciudadano, el cual se ha manifestado de diversas formas, desde la queja pública hasta la visión local de soluciones, así como, la ayuda mutua o la puesta en marcha de mecanismos alternativos al sistema económico actual (crowdfunding, microdonaciones, plataformas ciudadanas, etc.). Estos procesos muestran que se han producido transformaciones pero, como siempre, estas iniciativas proceden de las gentes o multitudes. Quizás esto sea porque las gentes son redondas y las instituciones cuadradas. El avance de lo circular es más rápido y ágil que el de lo cuadrado, pues este último choca con sus esquinas y se encuentra muy limitado.

Volviendo a las Jornadas, a lo largo de los diversos debates surgieron varias visiones que merecen ser atendidas y que se alejan de la concepción de cambio de época que ha primado en diversos discursos académicos. Más que de otra época estaríamos hablando de una nueva forma de vida y de la necesaria reconceptualización del paradigma socioeconómico en el que hemos estado instalados. El doctor en Sociología Juan Manuel Iranzo nos dijo que las encuestas de felicidad indican que el crecimiento no es necesario. ¿Podría ser el decrecimiento una alternativa? Las sociedades mal llamadas primitivas, nos muestran que es posible un modelo sostenible, tanto de relación con la naturaleza como de calidad de vida. El problema es pensar que solo es posible un modelo único, neoliberal y occidental. Se nos ha olvidado que somos seres híbridos y multi-identitarios, y es ahí dónde reside una de las potencialidades del cambio. Por ello, algunas de las conclusiones versaron sobre la necesidad de apertura a la hibridación y a lo trans (transnacional, transgénero, etc.), frente a los binomios que limitan la capacidad real de acción y cambio.

Finalizamos las Jornadas con las aportaciones de Fermín Bouza, catedrático de Sociología, el cual utilizó la metáfora del Arca de Noé como “envase” protector ante el diluvio. Se trataría de un arca en la que meter las ideas, valores y aquellas cosas más necesarias, que corren el riesgo de ser arrastradas por el diluvio de las finanzas y la globalización. Para que esto no ocurra, tendríamos que ser conscientes de la potencialidad que tiene la multitud y descubrirnos como individuos híbridos, frente a la concepción lineal, uni-identitaria y sesgada que ha primado en la visión de lo social. Para lograr que las ideas y valores no se los lleve el diluvio, las instituciones tendrían que tratar de limar sus esquinas y pasar de ser cuadradas a circulares. De este modo, sería más fácil que avanzasen al mismo ritmo de la ciudadanía.

 

Fotos de las #IIJornadasAAS

mayo 23rd, 2014

En la siguiente entrada incluimos algunas imágenes de las II Jornadas Aragonesas de Sociología, celebradas en el Centro Joaquín Roncal los días 16 y 17 de mayo de 2014.

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Conferencia inaugural de Juan Manuel Iranzo, Dr. En Sociología: “La crisis como decrecimiento: falacia, perversión y oportunidad perdida”. Le acompaña Gabriela Delsignore, tesorera de la Asociación.

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Asistentes a las Jornadas

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Conferencia de Fermín Bouza, Catedrático de Sociología en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid: “El arca de Noé y la Sociología del futuro”.  Le acompaña José Ángel Bergua, presidente de la Asociación.