Mesa de exclusión social y pobreza

Coordinador: Angel Sanz Cintora

 

(Profesor de Política Social, Universidad de Zaragoza)

 

asanz@unizar.es

OBJETIVOS:

Que hay más pobres como resultado de la crisis económica parece una evidencia. ¿La actual crisis económica nos hace más pobres a todos? Qué es la pobreza? Qué entienden por pobreza los sociólogos, cómo la analizan y qué prácticas sociales, económicas y políticas se derivan de sus análisis? Exclusión social dice más o menos que pobreza? El concepto de exclusión social explica mejor las contradicciones de la sociedad capitalista de la superabundancia? Se derivan de su análisis unas mejores prácticas de integración y cohesión social?

Los sociólogos aragoneses quieren ofrecer la oportunidad de poner en común nuestros análisis y reflexiones en relación con este fenómeno social persistente en las sociedades ricas que se hace más evidente en períodos de crisis económica. ¿O se ve menos, se muestra menos a la opinión pública, porque lo que desvela la crisis es, precisamente, la debilidad de este sistema para las ilusiones de las clases medias satisfechas que no saben de pobreza ni de exclusión (los pobres no existen, sólo son vagos)?

Nuria Espeleta y Juan David Gómez presentan su análisis “Desde la pobreza la exclusión: un camino por los discursos teóricos y las prácticas sociales”  La ponencia, dicen los autores, “tiene como primer objetivo explicar el giro discursivo de la sociología de la pobreza hacia la sociología de la exclusión. El segundo objetivo es argumentar las dos hipótesis planteadas en nuestro trabajo, es decir, a) los discursos científicos han cambiado de paradigma mientras las prácticas de intervención no lo han hecho de la misma forma; y b) las dificultades para el cambio se hallan en raíces epistemológicas y ontológicas que tienen una profunda influencia entre los agentes que intervienen en este campo. La metodología incluye una revisión general de algunos estudios sociológicos realizados en Aragón entre 1985 y 2010 sobre la pobreza y la exclusión, seleccionando una muestra intencional según el periodo histórico, la finalidad del estudio, la entidad promotora y la envergadura de la investigación”.

Por su parte, Marta Laguna ofrece una mirada bien distinta, aunque complementaria, sobre el mismo fenómeno “Los excluidos: la locomotora del cambio”. La forma de superar las “limitaciones epistemológicas y ontológicas” de los análisis dominantes sobre la pobreza y la exclusión, señala la autora, es cambiar el punto de vista teórico, pero, sobre todo, las prácticas sociales. “La lucha contra la exclusión no puede ser dirigirse desde el propio poder que la genera. Por el contrario, el protagonismo le corresponde a los propios excluidos mediante su auto-organización y empoderamiento, abandonando su condición de sujetos de la intervención por la de sujetos de la transformación. La sociología, por su parte, debe contribuir a este cambio de paradigma situando el foco de análisis en el poder de lo instituyente, desmontado las lógicas de dependencia generadas por lo instituido” La participación social y la defensa de lo público (de los servicios públicos, de las políticas públicas, de los espacios públicos, de los sujertos públicos) pasan a ser los ejes de los análisis y de sus prácticas. La pobreza y la exclusión, más bien, los pobres y los excluidos se pueden convertir, así, en los verdaderos analizadores de la crisis económica y del sistema capitalista en su conjunto. Como siempre ha sucedido en la historia, por otra parte, para los que han sabido mirarla, analizarla y vivirla sin las telarañas de la cultura dominante instituida.

 

Ponentes: Nuria Espeleta Fernández (Socióloga, investigadora de Cáritas) y Juan David Gómez-Quintero (Sociólogo, Profesor de la Universidad de Zaragoza): «De la pobreza a la exclusión: un camino por los discursos teóricos y las prácticas sociales, desde la situación de crisis económica»

Resumen

En el paradigma de la pobreza ha predominado durante décadas una lectura economicista y cuantitativa de gran influencia marxista que ha marcado el sustrato de los discursos y las intervenciones sociales durante buena parte de la década de los ochenta y de los noventa en España.

A finales de esa década y como influencia de las corrientes del desarrollo humano (PNUD, Max-Neef) y de las capacidades humanas (Sen), se pasó a una fase de transición en el que disminuyó la fuerza del concepto pobreza como macrocategoría única y emergió el concepto multifacético de exclusión social. En este contexto integraron el paradigma emergente los estudios sobre el capital social (Castells, Bourdeu,…).

A finales de esa década se consolidó el discurso de la exclusión social como fenómeno multidimensional, interdependiente y factorial. Los estudios asumieron un enfoque más sistémico, comprensivo y constructivista, incluyendo variables culturales, relacionales, simbólicas, políticas,… hasta entonces inusuales. Destacaron los estudios empíricos de corte cualitativo.

Sin embargo, a pesar del cambio en los discursos científicos y, de forma más leve, en las representaciones sociales, no se puede afirmar que haya habido un cambio del mismo calado en los paradigmas de intervención social. El enfoque metodológico no ha variado en la misma proporción que los enfoques teóricos. La dificultad en el cambio de las prácticas está fundamentada en la preeminencia de las metáforas o imaginarios que definen la figura del pobre y de la situación de pobreza sobre los esfuerzos de transformar los modelos de intervención. Buena parte de la política social española (como ocurre a nivel global con los Objetivos del Desarrollo del Milenio) sigue anclada al paradigma anterior. La fuerza de estas metáforas tiene su origen en algunas raíces epistemológicas (la forma en que las ciencias sociales conocen la pobreza está determinada por una relación de saber-poder) y en raíces ontológicas (la forma en que los sujetos u observadores de las sociedades occidentales capitalistas –por lo general intelectuales de clase media- se identifican, autodefinen  y posicionan ante el pobre).

La ponencia tiene como primer objetivo explicar el giro discursivo de la sociología de la pobreza hacia la sociología de la exclusión. El segundo objetivo es argumentar las dos hipótesis planteadas en el párrafo anterior, es decir, a.) los discursos científicos han cambiado de paradigma mientras las prácticas de intervención no lo han hecho de la misma forma; y b.) las dificultades para el cambio se hallan en raíces epistemológicas y ontológicas que tienen una profunda influencia entre los agentes que intervienen en este campo.

La metodología incluye una revisión general de algunos estudios sociológicos realizados en Aragón entre 1985 y 2010 sobre la pobreza y la exclusión, seleccionando una muestra intencional según el periodo histórico, la finalidad del estudio, la entidad promotora y la envergadura de la investigación.

 

 Contraponente: Marta Laguna (Socióloga, investigadora de la Consultora Milenium ): “Los excluidos: la locomotora del cambio”

Resumen

 Los presupuestos desde los que se plantea la ponencia a la que debemos de responder vertebran un diagnóstico certero de una realidad  compleja  que no siempre ha sido abordada por las ciencias sociales desde lógicas adecuadas. Así pues, si bien manifestamos nuestro acuerdo con el enfoque planteado, queremos que este  constituya un punto de partida  para, superando el ámbito de lo descriptivo, llevar a primer término el enfoque propositivo de una Sociología transformadora, siendo la crisis actual que se está viviendo el elemento que sirva de impulso para desencadenar el proceso, ya que en este momento se está poniendo en evidencia que las formas de analizar la pobreza o la exclusión llevadas a cabo hasta el momento son insuficientes y sobre todo que están fuera de lugar al ser planteadas en ámbitos que no responden a la raíz de la misma. Las estrategias que planteamos son:

Recuperar el valor de lo público. La extensión de la mercantilización a todos los ámbitos sociales y económicos que está promoviendo con fuerza el capital abarca al conjunto de las políticas públicas (sanidad, educación, empleo, etc.) . Por ello, en un momento de hegemonía neoliberal, es preciso recuperar el valor de lo público, ajeno a criterios de rentabilidad económica y guiado por el bien común. La lucha contra la exclusión no debe externalizarse y dejarse en manos de la “iniciativa empresarial” sino que debe estar protagonizada por los poderes públicos y la sociedad civil organizada.

Una transformación estructural. La acertada crítica que se hace a la orientación economicista del concepto de pobreza y la apuesta por el enfoque multidimensional de la exclusión social, no debe sin embargo implicar otro reduccionismo: centrar la intervención en el ámbito del individuo. Por el contrario, es imprescindible que también exista una actuación sobre las estructuras económicas y sociales generadoras de la exclusión, apostando por una transformación sistémica que de lugar a un nuevo modelo de desarrollo integrador, a través de políticas efectivas de cohesión social.

Apostar por un modelo de estado social participativo. Además de cuestionar la apuesta privatizadora dominante, se proponen otras opciones basadas en un modelo de pluralismo cooperativo y de relaciones de participación, con un objetivo irrenunciable de profundización en el papel redistributivo del Estado, así como en un concepto de la ciudadanía sustentado en la idea “miembro de la comunidad”, opuesta a la de “súbdito del Estado” o ciudadano poseedor de derechos individuales como «cliente» que mira, escoge, paga y se somete a los dictados de la publicidad. La propuesta es el paradigma de estado social participativo como marco de referencia para los servicios públicos frente a la perspectiva de un Estado de Servicios o de un Estado supermercado, donde se da la primacía de la autoridad política o el mercado. En definitiva, un Estado autogobernado, cuyo centro de interés radique en la sociedad organizada (Brugué y Gomá, 1996).

Los excluidos como sujeto revolucionario. La lucha contra la exclusión no puede ser dirigirse desde el propio poder que la genera. Por el contrario, el protagonismo le corresponde a los propios excluidos mediante su auto-organización y empoderamiento, abandonando su condición de sujetos de la intervención por la de sujetos de la transformación. La sociología, por su parte, debe contribuir a este cambio de paradigma situando el foco de análisis en el poder de lo instituyente, desmontado las lógicas de dependencia generadas por lo instituido (Bergua, 2007).

 

Comunicaciones recibidas:

Carlos Piñeyroa: “Calidez y calidad humana como alternativa a la prisión. Una propuesta para salir del bucle penitenciario desde el compromiso personal y ciudadno”

Aser Hernández Toral: “El ingreso aragonés de inserción ante la crisis actual, ¿una respuesta suficiente?”

Plataforma de Profesionales de los servicios sociales del Ayuntamiento de Zaragoza:  “Los servicios sociales comunitarios y la lucha contra la exclusión y la pobreza. el por qué de un manifiesto”.

Celia Marcén, Carlos Gómez, Fernando Gimeno y Rosana Castillo: “El deporte como generador de capital social y medio de inclusión social”

Fracisco Javier Rodríguez Melón: “Contradicciones de un proceso de inclusión social en Zaragoza _ Aragón. el caso del IAI”

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